Introducción
Hoy en día, las ciudades crecen a un ritmo sin precedentes, lo que incrementa la demanda de recursos. Este crecimiento implica un consumo masivo de materiales y energía, que no solo afecta a las ciudades, sino también a sus alrededores.
El concepto de “metabolismo urbano” surge como una herramienta clave para abordar estos desafíos. Al ver a las ciudades como organismos vivos, podemos analizar los flujos de materiales y energía de manera similar a cómo funcionan los procesos biológicos.
¿Qué es el metabolismo urbano?
El metabolismo urbano concibe a las ciudades como organismos vivos: los recursos entran, se transforman y generan residuos, tal como el cuerpo humano transforma alimentos en energía. Introducido por Wolman en 1965, este enfoque permite estudiar los flujos de materiales y energía dentro de una ciudad para entender cómo se consumen los recursos y qué cantidad de residuos se producen.
Para entenderlo mejor, pensemos en el metabolismo humano: ingerimos alimentos, los convertimos en energía y desechamos lo que no necesitamos. Si consumimos más de lo necesario, acumulamos grasa o generamos desechos no utilizados, lo que puede ocasionar problemas. De manera similar, una ciudad consume energía, agua y materiales de construcción, que se transforman para mantener las actividades urbanas, pero buena parte de esos recursos se desperdicia en forma de emisiones contaminantes, residuos sólidos y aguas residuales.
A diferencia de los organismos vivos, que reciclan eficientemente sus residuos, las ciudades operan de manera más lineal, acumulando desechos sin utilizarlos. Este modelo pone en riesgo la sostenibilidad si no se gestiona adecuadamente. En resumen, el metabolismo urbano estudia los procesos que sostienen el crecimiento de la ciudad, la producción de energía y la gestión de residuos, analizando cómo estos procesos pueden ser optimizados para reducir el impacto ambiental.
Implementación del metabolismo urbano
Para empezar a aplicar el enfoque de metabolismo urbano, se deben tomar dos caminos:
- Entender los flujos de recursos: Analizar cómo las ciudades consumen recursos (como pueden ser los alimentos, agua, materiales de construcción, energía, entre otros) y energía, y cómo esto afecta tanto a su entorno como al planeta.
- Crear estrategias prácticas: Establecer metas claras para reducir el uso de recursos, disminuir las emisiones y fomentar la reutilización de desechos.
Estos enfoques permiten realizar estudios para contar con una mejor comprensión en torno a temas clave dentro del área de la sostenibilidad, para comprender mejor el uso de los recursos e implementar estrategias que permitan pasar de un modelo lineal a uno circular.
Beneficios del metabolismo urbano
Implementar el metabolismo urbano ofrece beneficios claros:
- Eficiencia en el uso de recursos: Reduce el consumo y los costos.
- Disminución de residuos: Promueve el reciclaje y la reutilización.
- Mejora de la calidad de vida: Crea entornos más saludables.
- Equidad social: Asegura un acceso más justo a los recursos.
- Sostenibilidad ambiental: Reduce el impacto ecológico.
- Adaptabilidad: Permite a las ciudades ser más resilientes ante desafíos globales.
Este enfoque optimiza el uso de recursos, reduce costos y residuos, y mejora la calidad de vida al crear entornos más limpios y saludables. Además, promueve la equidad social al garantizar un acceso más justo a los recursos y contribuye a la sostenibilidad, ayudando a mitigar el impacto ecológico.
Desafíos de implementar el metabolismo urbano
Implementar el metabolismo urbano presenta varios desafíos, entre los cuales destacan:
- Falta de datos precisos: Muchas ciudades no cuentan con información adecuada sobre sus flujos de materiales y energía, dificultando la identificación de áreas de mejora.
- Complejidad en la gestión: La gestión urbana involucra múltiples niveles de gobierno y agencias, lo que puede generar confusión y obstáculos en la toma de decisiones.
- Resistencia al cambio: Instituciones y ciudadanos pueden preferir mantener sistemas existentes, incluso si son ineficientes.
- Limitaciones financieras: La implementación de estrategias de metabolismo urbano puede requerir inversiones significativas en infraestructura y tecnología, lo que es complicado para ciudades con recursos limitados.
- Desigualdad social: Las disparidades socioeconómicas dificultan la implementación de políticas que promuevan un acceso equitativo a recursos, lo que puede generar tensiones en la comunidad.
- Múltiples prioridades: Las ciudades enfrentan diversas prioridades, como vivienda, transporte y seguridad, lo que complica la integración de estrategias de metabolismo urbano en la planificación general.
Ejemplo: Bogotá y la gestión de residuos
Cuando hablamos del metabolismo urbano, gran parte de los estudios se han enfocado en ciudades del norte global, donde abundan los recursos y las investigaciones. El reporte Urban Metabolism for Resource-Efficient Cities: From Theory to Implementation de UN Environment (2017) revela que casi 100 de los 165 estudios revisados se realizaron en esta región, aportando ideas clave sobre cómo las ciudades pueden optimizar el uso de recursos y minimizar su impacto ambiental.
En la actualidad, el modelo de metabolismo urbano tiene cuatro aplicaciones prácticas clave que son empleadas por planificadores y tomadores de decisiones: el seguimiento de la sostenibilidad, la consideración de los gases de efecto invernadero, la evaluación de estrategias urbanas y el apoyo a la planificación sostenible de las ciudades.
Un ejemplo claro de metabolismo urbano en acción es el caso de un análisis comparativo entre ciudades como Beijing, Ciudad del Cabo, Hong Kong, Londres y Toronto, en el cual se analizó cómo el uso de recursos urbanos impacta directamente al medio ambiente.
Actividades cotidianas como extraer agua, mantener la energía de los edificios, el transporte y el suministro de alimentos generan flujos de recursos que afectan al entorno. Lo curioso es que, al comparar estas ciudades, se descubrió que en las más pobres el uso de recursos no está tan ligado al consumo privado, sino a que muchas de sus infraestructuras son antiguas y menos eficientes.
Este ejemplo demuestra cómo el enfoque de metabolismo urbano puede aportar un análisis más completo para mejorar la sostenibilidad de las ciudades y a encontrar las causas de algunos de los problemas en torno al uso de recursos
El metabolismo humano puede ser un gran aliado
El metabolismo urbano es una herramienta clave para enfrentar los desafíos de las ciudades en crecimiento. Al adoptar este enfoque, es posible optimizar el uso de recursos, reducir residuos y fomentar la sostenibilidad y la equidad. Aunque su implementación puede enfrentar obstáculos, sus beneficios potenciales son enormes, transformando la manera en que las ciudades gestionan sus recursos y garantizando un futuro más sostenible.
Referencias:
- Díaz Álvarez, C. J. (2014). Metabolismo urbano: herramienta para la sustentabilidad de las ciudades. En UNAM. https://www.revistas.unam.mx/index.php/inter/article/download/46524/41776/0
- Grantham Centre for Sustainable Futures. (2020, March 10). What is urban metabolism? Interview with Ling Min Tan. Grantham Centre for Sustainable Futures. https://grantham.sheffield.ac.uk/what-is-urban-metabolism/
- Pluchino, P. (2021, June 30). Urban Metabolism: the city as a living organism is circular by nature. Renewablematter.eu. https://www.renewablematter.eu/en/urban-metabolism-the-city-as-a-living-organism-is-circular-by-nature
- UNEP. (2017). URBAN METABOLISM FOR RESOURCE-EFFICIENT CITIES: Acknowledgements. In Resource efficient cities. https://resourceefficientcities.org/wp-content/uploads/2017/09/Urban-Metabolism-for-Resource-Efficient-Cities.pdf